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Profesora de educación infantil realizando ejercicios de lenguaje con una niña en una escuela infantil.

¿Es preocupante el tartamudeo a los 2 ó 3 años?

Posiblemente lo que le ocurre es que quiere expresar muchas más cosas y más deprisa de lo que le permiten su reducido vocabulario y sus capacidades de articular fonatoriamente.

Lo peor que podemos hacer es corregir e insistir mucho en su dificultad. Con ello sólo conseguiremos que un pequeño problema se convierta en un verdadero defecto en el futuro con la consiguiente e importante repercusión en su seguridad psíquica y emocional. Es importante que el/la niño/a no se sienta ni culpable, ni siquiera responsable. Además como consecuencia se facilita que se cronifique lo que inicialmente es de carácter transitorio. Aunque parezca contradictorio lo mejor es tener paciencia y no darle importancia.

Además te recomendamos las siguientes actitudes:

  • No darle importancia y sobre todo que él/ella no note nuestro nerviosismo. Por el contrario debemos transmitirle relajación y calma. Tenemos todo el tiempo del mundo para él/ella.
  • Escucharle pacientemente siempre que requiera nuestra atención. Mantendremos el contacto visual transmitiendo serenidad. Por supuesto nunca avergonzarse ni burlarse de la situación. Tampoco se recomienda las felicitaciones cuando lo hace bien, pues lo que le transmitimos es que estamos evaluándole cada vez que habla.
  • No interrumpir su discurso, ni premiarle para que termine la comunicación. Solo conseguiremos transmitirle nuestro nerviosismo. No corregir sus defectos y no exigirle que repita lo ya expresado aunque lo haya hecho defectuosamente. Evidentemente tampoco debemos completar y acabar sus frases.
  • No debemos exigir respuestas inmediatas, es mejor darle tiempo para que pueda pensar su contestación.
  • Hablar despacio, vocalizando, con buena pronunciación, con un lenguaje correcto, utilizando frases cortas. Resulta importante en estos/as niños/as que reciban un modelo de comunicación calmado y pausado. Ellos/ellas incorporarán este modelo de comunicación y se les facilitará su expresividad en un futuro.Profesora de educación infantil realizando ejercicios de lenguaje con una niña en una escuela infantil.
  • No someterle a situaciones en las que hablar le pueda producir nerviosismo, ansiedad o estrés, como por ejemplo exigir que explique algo durante las visitas de familiares, etc…
  • Se le puede proponer ejercicios que le faciliten la maduración de sus habilidades fonatorias: soplar, imitar el ruido de una moto, hacer la serpiente, sacar y meter la lengua….
  • A veces, lo mejor es una sonrisa y una mirada de complicidad: el objetivo es quitar hierro al asunto.
  • Ante posibles contratiempos (burlas de los compañeros,..) sin duda el mejor antídoto será el cariño y la actitud de apoyo.

En la escuela:

  • Coordinar la actuación y seguimiento de las dificultades y de sus logros.
  • Compartir con sus educadores la situación.
  • Las medidas básicas serán las mismas.Evidentemente se evitará exigirle expresarse en situaciones en las que tenga que comunicarse delante de sus compañeros.
  • No tolerar burlas.

  • Evaluar la intervención y los progresos que se vayan obteniendo
  • Pueden constituirse en motivos de preocupación:
    • Si dura más de 6 meses.
    • Si se asocia a tics o muecas.
    • Si tiene más de 5 años.
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